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MARIANO  SALVADOR MAELLA, "Apolo con los Cuatro Elementos",
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Lote 551

MARIANO SALVADOR MAELLA

Valencia (1739) / Madrid (1819)

"Apolo con los Cuatro Elementos", 1803-1805

Grafito sobre papel agarbanzado.

Primera idea del que puede ser considerado como el gran epílogo de Maella en su contribución al ornato mural de la Casa del Labrador: el gran fresco de "Apolo con los Cuatro Elementos" que decora el techo de la Sala de Billar. En la primavera de 1805, el pintor valenciano se trasladó a Aranjuez con la finalidad de plasmar definitivamente sobre el techo del Real Sitio la alegoría que ya había bosquejado sobre un lienzo de este espacio y que se conserva hoy en una colección particular.
 
Este dibujo inédito posee un gran interés porque se pueden apreciar una serie de modificaciones realizadas por el pintor durante el proceso creativo de la obra. Entre ellas, la más notoria, es el cambio en la distribución de la representación de los Cuatro Elementos. La zona situada justo en frente del acceso a la sala está presidida en ambos casos por el dios Apolo pero, en el diseño sobre papel, a sus pies, figura la representación de los elementos que componen el grupo de la Tierra, presidida por la diosa Cibeles, coronada y con la esfera terrestre, mientras que en el boceto sobre lienzo y el fresco final son reemplazados por los del Agua, capitaneados por Neptuno montado en un carro tirado por hipocampos. El grupo del Aire, situado a la derecha, y el Fuego, al fondo, no se vieron modificados en su disposición final. El primero se encuentra protagonizado por Eolo, divinidad de los vientos, y el segundo por Vulcano, trabajando en su fragua y con el Etna al fondo. En este diseño preparatorio, completando el celaje, también aparecen esbozadas las representaciones del Lucero del Alba y el Rocío.
 
Tal y como explica De la Mano en su estudio sobre Maella (De la Mano, 2011, p. 399) el fresco realizado por el pintor sigue la idea general planteada en toda la decoración de la Casa del Labrador que está llamado a ponderar la naturaleza rural de esta residencia palaciega.  Apolo, como deidad solar, favorece el desarrollo de las cosechas y por ende el progreso de la Agricultura.

36 x 44,5 cm.

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