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GIOVANNI BATTISTA SALVI "IL SASSOFERRATO", "Virgen en oraci
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Lote 676

GIOVANNI BATTISTA SALVI "IL SASSOFERRATO"

Sassoferrato (1609) / Roma (1685)

"Virgen en oración"

Óleo sobre lienzo.

Procedencia:
- Colección particular, Madrid.
 
Bibliografía y exposiciones:
- “Virgin Praying. Giovanni Battista Salvi, Il Sassoferrato”, López de Aragón 20 years in Maastricht, TEFAF Maastricht, 2005, n.º cat. 42.
 
Giovanni Battista Salvi, más conocido como “Il Sassoferrato” por la pequeña localidad en la que nació, fue un pintor italiano del Barroco en cuyas obras logró conjugar dos tendencias: el clasicismo boloñés y el tenebrismo de raíz caravaggesca. Formado inicialmente en el taller de su padre, el pintor Tarquinio Salvi, completó su formación en Roma junto a una de las grandes figuras del momento: el Domenichino.
En Roma pronto alcanzó una gran fama como pintor y consiguió una amplia clientela gracias a que ideó un tipo de pintura devocional grata y amable. Esta se centraba principalmente en la creación de una serie de imágenes idealizadas de la Virgen, que encontraban su fuente de inspiración en los grandes pintores del siglo XVI, como Perugino o Rafael, continuando de esta forma con la corriente clasicista boloñesa, pero que a su vez se encontraban revestidas de cierta contemporaneidad gracias al empleo de un claroscuro potente de raíz caravaggesca.
Un ejemplo representativo de su producción es esta Virgen en oración, de la que se conocen diferentes versiones y un incontable número de copias, realizadas tanto en su época como en los siglos posteriores, que prueban el enorme éxito que tuvieron sus composiciones por adecuarse a la perfección con lo dispuesto por el Concilio de Trento respecto a las imágenes sagradas.
La entrañable imagen de María aparece con las manos juntas en señal de plegaria y con la mirada dirigida hacia abajo en señal de recogimiento. Su figura emerge de un fondo neutro atemporal, de paz y silencio, gracias a una potente iluminación que modela al completo sus volúmenes clásicos y hace vibrar el colorido de sus ropajes. En esta paleta cromática, muy deudora de la del Domenichino, cobra un especial protagonismo el blanco de plomo de la túnica, que arropa casi al completo el óvalo del rostro otorgándole una mayor luminosidad, y el potente y lujoso azul ultramar del manto.

46,5 x 36 cm.

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