Clásica obra costumbrista que representa el tema del Nuevo Testamento al modo de una escena cotidiana de la época del pintor. La representación es en un interior de cocina, con las figuras ocupadas en diferentes labores, dispuestas de forma armónica y en escorzos característicos de los Bassano. La interpretación tanto de las piezas de mobiliario, como de los bodegones de comida y vajilla, son de técnica realista. El centro de la composición se abre a un amplio fondo de paisaje que da profundidad a la obra.